EL TIEMPO

Estoy más vieja, definitivamente. Ya perdí la mirada inocente de la chica que descubre el mundo, pues ya lo he descubierto.... no por completo, pero si mucho de lo que me faltaba hace un tiempo. Estoy más flaca, claro, si a penas tengo tiempo para sentarme a tomar una taza de café. El tiempo no pasa en vano, pasa para hacernos más viejos, pasa para hacernos más sabios, pasa solo por pasar, pasa para acabar con nuestra vida. Hace tiempo que no veia a Nicco, tampoco a Zelada, hace tiempo no tenía tiempo para pensar... en cualquier cosa que no sea el trabajo. Aun así no pierdo mi objetivo, aun sin tiempo para mi, me siento feliz de invertir mi tiempo en lo que disfrutare después. Este tiempo me he sentido cansada de cargar conmigo todo el día, de ver de paso la cara de los demás y no tener el espacio para lanzarme palabrotas a mi misma frente al espejo. Cansada y un poco triste, solitaria conmigo misma, rodeada de muchos. Llego a casa, pensando que nada nuevo me espera, nada que me haga sentir demasiado bien. Pero mi tish me dice que me espera, un sábado en la noche, cuando todos en las calles pasan un buen rato, cuando yo viajo en un microbus cruzando la ciudad, cuando no tengo ni tiempo para pensar si quiera mucho en él, él me dice que me espera y que me esperara un buen rato, mientras lee un libro, mientras el tiempo pasa y yo no aparezco. Y nuevamente le encuentro sentido a todo esto, al esfuerzo, al cansancio, a la perdida de peso, al paso del tiempo por mi rostro y mi mirada, a la soledad que me envuelve. Le encuentro sentido al tiempo, que se acaba de a poco para cada uno de nosotros.