Tuesday, November 06, 2012

EL PATOSTARGUITARD

No se cómo ni cuándo, pero un día nos amigamos con un muchacho desagradablementeinsoportable. Era amigo de una compañera de la pega y pareció como casi que se lo hubiera quitado. Pero mi amistad con él no tenía nada de romántica ni secreta. Simplemente nos servíamos de compañía en esa gris oficina y nos reíamos de todos los idiotas que siguen idiotamente la idiota rutina de esos lados.
 Tenía sus buenos y días y sus pésimos días, no había término medio. Pero aprendí a dejar que se le pasara la maña y volvía mansito a ser mi amiguito nuevamente.
 Muchas veces le dije que no lo extrañaría, porque no suelo extrañar a la gente, pero sin dudas me hace falta su paso lento que me acompañaba cada tarde a buscar a mis pollos, mientras nos limpiabamos el alma con ironías y palabrotas toda la mierda que habíamos absorvido el día entero. Él fue el último contacto humano que he tenido ese maldito trabajo que me tiene atrapada. Sólo espero que deje de viajar con su mente, que se quede en cuerpo y alma en algún lugar, que deje la pereza en la cama y se entusiasme con algo finalmente para que pueda establecerse aquí o allá, solo o acompañado, pero feliz. Le deseo mucha suerte, espero volvamos a vernos, pero dificilmente ocurrirá un reencuentro entre dos personas adorablemente de mierda como nosotros.