LICEANAS

Paseando por las vidas que te permite ver la internet, encontré a algunas de mis compañeras de colegio. Tengo claro que el libro cibernético no muestra toda la realidad, si no solo la parte que cada quien quiere mostrar al mundo, pero pude notar mucha felicidad en cada una de sus vidas actuales.
Todas liceanas, en el colegio nadie nos enseño la fórmula de la felicidad, creo que incluso nadie nos habló de aquello. Solo nos preparaban para un mundo competitivo en lo laboral, como todo "buen colegio" debe hacer.
 Pero coincidieron historias maravillosas de éxito sentimental, de éxito familiar, muchas de éxito profesional también. Las madres se ven radiantes, las esposas se ven amadas, las solteras felices de su soltería. Me produjo una felicidad profunda ver que todas ellas lograron cumplir sus metas, muestran una cara amable y fresca al mundo, todas guapas y juveniles.
Por alguna extraña coincidencia, el espíritu javierino vive en la sangre de todas nosotras, luchadoras, soñadoras, mujeres vivas y palpitantes!! Por alguna razón, y después de muchos años fuera del colegio, me siento verdaderamente conectada con mis compañeras de colegio, con las que estimaba y con las que no. Veo la luz en sus ojos, como veo la luz en los míos hoy.

TARDE O TEMPRANO

Me desperté un día y me di cuenta que el odio que sentía por el mundo había desaparecido en una taza de café con leche que me tomé una mañana de sábado, acurrucada en mi cama.
Y pensé que las miradas son subjetivas, junto con los sentimientos y sensaciones y dependen exclusivamente de lo que estemos viviendo en el momento.
Y de pronto una mañana sentí que no debía bloquearles la entrada a algunas personas que me estiman, que me hacen bien hoy, que pasaron por el colador del tiempo y ahora son inofensivas. También me di cuenta con total paz que a mi edad, no tengo obligación de querer a nadie que no quiera en mi vida, de no debo aguantar la respiración sumergida en un mundo que no me pertenece. Hoy solo quiero sentirme serena en muchos aspectos, a pesar de mi personalidad crítica y pseudo analista. Lo bueno, bienvenido sea. Lo malo, que sea lo más breve posible.
Una sensación de libertad me dijo al oído que no le debo nada a nadie, que la gratitud se gana y no se cobra porque no es un deber. Y sinceramente me sentí más liviana, más sensible, más querida y menos perseguida. Son cosas de lo que llaman madurez, algo que tarde o temprano debía absorber en mi forma de ser.

NO SOY/SOY

No soy poeta ni escritora. No soy cantante ni rockera. No soy cineasta, pero lo intenté. Soy madre, pero no ejemplar. No soy niña, soy vieja, no lo parezco a ratos, a ratos sí. No soy buena esposa ni amante, eso es algo que debo mejorar. Soy buena amiga, cuando recuerdo serlo. No soy muy esforzada, soy floja. Soy chistosa por esencia, soy antipática de pensamiento. No me creo nada, pero algo soy. No soy escritora, pero escribo harto, en palabras, en papel, en el teclado, en el aire incluso. Me gusta decir lo que opino, escribirlo de alguna forma. No porque me crea, si no porque si no digo lo que soy, me ahogo y me esfumo, me olvido de mi y del mundo y de lo que hay dentro de mi cabeza. Y hay tantos que son tanto, tantos que se creen tanto más y tantos que no son nada que no quiero ser ni lo uno ni lo otro ni lo tercero, solo quiero ser lo que soy y que nadie me cambie.