30 . 04 . 08

ANTES QUE EN USA.

EL SOLITARIO REINO DEL ÉXITO

Ser "famoso" es bacán. Se te reconoce por lo que haces y la gente te quiere y te sigue. Y digo "famoso" entre comillas porque no hablo de la fama de Batman, ni la de la presidenta de la república, ni la de mi amigo Fre. Hablo de mi humilde fama, la que me gané en el trabajo. Pero en el fondo, cada fama, por gigante o pequeña que sea, nos trae lindos reconocimientos y tristes enemistades.
Yo me veo siempre rodeada de gente que me admira, que así como se encanta, se desencanta casi al tiro al ver que mis "grandes aptitudes" son alcanzables por todos. Y así como me rodeo de gente que me quiere y me respeta, estoy aun más rodeada de gente que me odia, de gente que me desprecia, que no puede concebir como una mina insignificante y muchas veces pedante, es valorada por lo que hace. Y así, sumando y restando, en el transcurso de mi vida me veo más sola que acompañada. A veces me gustaría solo pasar inadvertida y que mi camino de vuelta a casa fuera más alegre, con menos rollos en la cabeza y sin sentir culpa de las responsabilidades que dejé de tomar. Creo que hasta mis sentimientos han quedado a un lado, mientras la precision en todo lo que hago se hace cada día más indispensable, más que el aire, más que cualquier ganas de descansar.
Ojalá un día la balanza me favorezca y me gane buenas vibras. Mientras, miro todo desde mi solitario y humilde trono del éxito, esperando que luego sea el turno del otro.

EL DÍA MÁS ESPERADO

No hay champagne, no hay fiesta, no hay grandes regalos ni flores, ni serenatas. No hay siquiera tiempo para celebrar como corresponde. Sólo hay un beso cálido en la madrugada, un abrazo acogedor en nuestra habitación, un "te amo" y un "yo también". Y unas horas antes, había una caminata de sueños.
Me abrigo un poco, porque el frío está llegando. Tu te pones ropa para salir. Tomas mi mano y vamos sin rumbo, por las mismas calles de siempre, por algunas otras que no habiamos visto juntos y soñamos que nos compramos el mundo para vivir por siempre, para estar más cerca, para besarnos todos los días. Así, en una caminata simple y sin grandes pretenciones, me re encanto contigo y me doy cuenta de lo felices que somos juntos. Soy tu washita y tu eres mi washito. Soy tu vida y tu mi príncipe. Los años no son tantos, pero las emociones se me agolpan en los ojos por estos dias y me rebalsa la felicidad. Puedo pedir algo más, pero con lo que tengo hoy soy inmensamente agradecida.
Y en este, el día más esperado del año, me voy al amanecer sola en un tren, como el acostumbrado epílogo de nuestros capítulos, con el nudo en la garganta, viendote a través de la ventana agitar tu mano y decir adiós, con el anhelo de que la semana pase volando y ahora sí tengamos tiempo para amarnos como debe ser.

LA MISMA TONTA DEL INVIERNO PASADO

EL TIEMPO NO ME ALCAN...

El tiempo no me alcanza. Las palabras me sobran, pero no salen más. Las energías se me agotan y cuando me recargo, me echan abajo las ganas. Soy culpable de todo, sin hacer nada malo. No merezco todo lo que tengo, aun así pido más de lo que puedan darme. Quiero mucho, pero sin demostrarlo. Temo mucho, menos de lo que digo, más de lo que siento. Me gustaría atreverme, pero no todo es impulso en la vida. A veces es conciencia, a veces es temor, a veces es amor, a veces ni se lo que es, pero no soy tan valiente. Muero de ganas por correr descalza por la avenida vacía, en la noche, como antes. Pero el tiempo es otro, yo soy otra, y el tiempo no me alcanza.