EL DÍA MÁS ESPERADO

No hay champagne, no hay fiesta, no hay grandes regalos ni flores, ni serenatas. No hay siquiera tiempo para celebrar como corresponde. Sólo hay un beso cálido en la madrugada, un abrazo acogedor en nuestra habitación, un "te amo" y un "yo también". Y unas horas antes, había una caminata de sueños.
Me abrigo un poco, porque el frío está llegando. Tu te pones ropa para salir. Tomas mi mano y vamos sin rumbo, por las mismas calles de siempre, por algunas otras que no habiamos visto juntos y soñamos que nos compramos el mundo para vivir por siempre, para estar más cerca, para besarnos todos los días. Así, en una caminata simple y sin grandes pretenciones, me re encanto contigo y me doy cuenta de lo felices que somos juntos. Soy tu washita y tu eres mi washito. Soy tu vida y tu mi príncipe. Los años no son tantos, pero las emociones se me agolpan en los ojos por estos dias y me rebalsa la felicidad. Puedo pedir algo más, pero con lo que tengo hoy soy inmensamente agradecida.
Y en este, el día más esperado del año, me voy al amanecer sola en un tren, como el acostumbrado epílogo de nuestros capítulos, con el nudo en la garganta, viendote a través de la ventana agitar tu mano y decir adiós, con el anhelo de que la semana pase volando y ahora sí tengamos tiempo para amarnos como debe ser.