LO DEMÁS

El mundo es raro, la gente es rara, las cosas pasan cuando uno menos se lo espera. Pero siempre hay que mantener la calma y no desviarse del camino. Mi camino hoy es hacia la felicidad de mi familia y el resto al segundo plano. Lo que no existe no existe y así se evitan los rollos innecesarios.

DIA DEL PADRE

 Hoy ha llovido mucho y aunque me costó dejar a mis pollitos enfermos y salir de casa, decidimos juntarnos a visitar a mi padre y homenajearlo en su día. Sé que puede sonar frío y cruel, sin embargo no tenemos la certeza si estará el próximo día del padre, por eso debemos aprovechar el momento. Y tal vez cualquier hijo puede decir eso de sus padre, pero el mio ha vivido en la delgada línea que lo separa de la muerte por mucho tiempo y solo Dios sabe cuándo será su momento de partir.
 Tristes y a la vez con el corazón lleno, salimos de la casa dejando a mis tres huachitos solos en una casa que ya no tiene la calidez de antes, no tiene el cariño de antes ni alberga a la gran familia que eramos antes, que se volvió una casa vieja de pronto, aguantando a duras penas con sus murallas húmedas a que pase otro invierno frío y logren seguir adelante con lo que queda. Nunca sabemos qué ocurrirá después, por eso más que nunca atesoramos el día del padre y la poco usual reunión familiar de estos tiempos.

LA CAIDA DE UN SUPER-HÉROE

 Massman me llamó. "Me despidieron ayer a las seis de la tarde" Yo lo veía venir, porque llegaba tarde todos los días ya que debía pasar a dejar a su hijo al jardín antes del trabajo.
 Massman era como un superhéroe producto de lo interesante de su apellido. La gente vociferaba su nombre cuando aparecía en la oficina y los "villanos" lo asaltaban por la espalda para lograr tumbarlo al piso, pero él nunca caía. Massman era como un héroe de los ochenta, como un Watchman en la actualidad. Gordo, pequeño y calmo, tenía un carácter de los mil demonios cuando le llevaban la contra, pero conmigo se llevaba bien porque nunca le tomaba muy en serio sus pataletas. Y hablaba de verdad y justicia, pero ayer a las seis de la tarde no hubo justicia cuando lo echaron de la pega. En realidad se lo merecía, por llegar tarde siempre, pero así mismo lo mereceían otras tantas personas más que aun se esconden en los rincones de la oficina para pasar piola. Pero el Massman no podía pasar piola, por culpa de su apellido y tristemente lo vi caer como nunca. "Dile a los cabros que se cuiden y saludos para los buenos" -fue su último mensaje a la humanidad.

DICOTOMÍA MÍA

 A veces no luzco como me siento. Eso es un grave pecado para mi, porque se supone que uno debe exteriorizar lo que siente y así todo se vuelve genuino. Mi personalidad no ha cambiado mucho en estos años, a pesar de las circuntancias del vivir, pero a ratos me siento atrapada en una mini adolescente, un pinche de flor en el pelo y un pantalón suelto de vieja ideal para la comodidad de una vida materna. Y cuando en la calle de mi dicen "niña, esto..." y en la fila del supermercado me dicen "aquí tiene su vuelto señora" mis sensaciones se confunden aun más. Me arrancaría una noche de jueves para volver borracha al día siguiente después de recorrer los bares y clubes bailables de música que me gusta, tomar un baño e ir a trabajar. Mi mente lo quiere, mi cuerpo probablemente ya no pueda.