Ayer fue un buen día. Al comienzo parecía soleado, pero pronto llegaron las nubes y comenzó a soplar el viento fuerte en la capital. Ayer era el cumpleaños número diez de la Daniela y yo no tenía pensado ir. El computador estaba fallando y mi amigo Donny vendría a repararlo. Temprano hablé con menino dos Reis, una conversación corta, pero extraña. En fin... hablamos y eso me puso contenta. Y luego Donny llegó antes de tiempo a reparar esta maldita máquina adictiva. Así es que decidí ir al birthday party. Por primera vez mi hermano David quizo ser parte de la familia e invitó a su novia que por estos días anda por acá.
Nos fuimos, los tres adolescentes (...) en el microbus, taquillando por las calles de Santiago, preparados para recibir la lluvia que estaba a punto de caer solamente con nuestros desabrigados atuendos. Llegamos a la casa de mi hermana y tras nosotros se escuchó un fuerte relámpago. La lluvia cayó incesante durante todo el resto de la noche. Los invitados llegaron poco a poco, todos parte de la familia. La Dani estaba un poco avergonzada de recibir saludos y regalos infantiles a una edad en que uno ya piensa en dejar la niñez atrás. Su abuela puso un disco con canciones infantiles que le hicieron aún más insoportable el momento. Yo no podía para de reir al verle la cara de aburrimiento a todos y al mismo tiempo sentía compasión por la Dani.
Comimos torta, conversamos un rato. Mi hermana estaba afanada sirviendo a los invitados y tratando de que la comida no faltara en la mesa. Nos fuimos pronto para evitar que el río que textualmente se forma en aquellos barrios nos llevara con la corriente.
Esperamos largamente la micro. De vuelta nos trajimos a Gabriel que no pensaba perderse su acostumbrada noche de chat en casa. Nos mojamos mucho, la lluvia no tuvo piedad de nosotros. La verdad es que poco me importo en ese momento, porque me sentía bien.
Pronto pasó la micro y nos fuimos. Con alguna talla que tiró Gabriel me dio uno de mis acostumbrados ataques de risa hasta que llegamos a casa. Hacía mucho frío, un par de grados bajo cero creo, pues cayó nieve en algunos lugares de la ciudad.
La noche estaba fria. Nosotros reiamos y comiamos chocolate. Llegamos a casa empapados y felices, sin alguna razón aparente. Sólo se que ayer fue un buen día.
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