Monday, May 09, 2005

MARÍA

Cómo no dedicarte unas palabras de despedida. Cómo no sentir que contigo se va otra parte de mí. Cómo no recordarte con cariño, tu que fuiste elegante, sin ser sofisticada, que fuiste sociable sin ser muy amistosa, que fuiste talentosa, sin ser reconocida. Me dejas aquí con tantas cosas por decirte, con tantas cosas por darte. Te quedas en mi memoria como una mujer fabulosa, fuerte, luchadora, a veces solitaria, como yo, buscando su lugar en el mundo. Sólo quiero que sepas que lo encontraste, aquí, en la familia, en tus amigos, en tus seres queridos, en mi corazón.
Querida tía, aunque las despedidas suenen cursis, siento que es la única forma de encontrar el camino a lo que sentimos tu pérdida. Te quedarás con nosotros, en nuestra memoria, en nuestra historia y en la sangre de todos quienes llevamos tu apellido. Que esto no sea una despedida, sino un hasta luego y que sea donde sea que estés descanses en un glamoroso sillón esperando que el resto de los invitados lleguen a la fiesta.

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