LO QUE SOY

Siempre me gustó la música y el viento. Siempre me gustó el sentido del humor y el sentido del amor, cuando va en el buen sentido. Siempre me gustaron las cosas alegres, para adormecer la tristesa que inevitablemente llevo dentro. Siempre me gustó escribir, aunque no tenga claro si tengo o no el talento para hacerlo. Pero decido intentarlo. Recuerdo que Fabián decía que mis escritos son al estilo Fuguet y que debiera probar en la zona de contacto. Sé que eso fue una gran ironía de su parte, pero ahora que Fuguet es el juez, veamos qué ocurre. También recuerdo que el mismo personaje, Fabián, quiso perderme de vista, porque consideró que con el tiempo me convertí en una chica superficial y vacía, casi ignorante de todo. Estoy segura de que Zelada lo apoyaría también en su teoría, dos personas bastante parecidas, perdidos entre el desamor propio y las ganas de sabiduría cultural. Y es probable que me vea así, superficial y vacía. Ni siquiera hay quienes acrediten que me sienta feliz, pues dicen que todo es una ilusión. Niccolo dice que las chicas malas son más atractivas y que los hombres las prefieren ante una niña buena. Yo ya fui mala alguna vez, hoy sólo me nace ser buena, buena como el sol del atardecer, transparente y cálida con todos a quienes quiero. Y sé que eso puede ser un riesgo y que pierdo mi encanto si digo que lo quiero. Sé que hay quienes no entienden y esperan el desastre venir, mientras me dicen que cambie. Yo me contento con saber, que a pesar de lo superficial y vacía que me vea hoy, hay gente que me quiere por lo que soy ahora y no por los honores que gané en el pasado. Ni siquiera se imaginan las cumbres que escalé, ni tampoco esperan que sea más de lo que soy. Me acurrucan al amanecer, junto al vapor de una taza de café y un dulce susurro en el oído y me dicen que me quieren...
Sé que pierdo la disciplina con la falta de práctica, pero eso es todo lo que falta, sólo ponerme en práctica. Yo sigo siendo lo que soy, como antes, como sé que lo seré en el futuro. Mis ojos no son azules y no hay nada que pueda hacer. El que me quiera cerca, que me respete, el resto, que me pierda de vista. Ahora voy a escribir.