Tuesday, October 19, 2010

LA SEMANA DESPUÉS

Toda la estupidez hormonal que no apareció durante el embarazo me vino de golpe después del parto. Esa semana fue caótica, llena de aprendizaje y acostumbramientos a nuevas rutinas. Estuve acompañada por mi hombre, ya que le correspondía su post- natal. Fue raro y a la vez reconfortante encontrarnos solos con los niños después de un fin de semana atiborrado de visitas, regalos y bullicio. Y cuando por primera vez lo vi en su rol de padre me volví a enamorar profundamente de él, más aún que en el comienzo de nuestra historia. Pero estupidamente no podía decirselo porque mis llorones ojos se llenaban de un mar de lágrimas y mis palabras simplemente no podían salir de mi boca. Todo me daba pena y emoción a la vez. Era un sentimiento tan poderoso que no podía explicarlo, no podía contarselo a nadie y se me atoraba en la garganta. Estaba feliz por tener a mis maravillosos hijos, estaba feliz por tener a mi hombre, sentía mucha nostalgia de mi vida de adolescente rebelde, nostalgia por mi ciudad y por mi gente, pena de no tener a mis otros queridos cerca, pena de verme al espejo y tener un cuerpo de vieja de 100 años con desnutrición severa, pena de verme tan vulnerable frente a mi hombre mientras me sostenía de la cintura para pararme después de ponerme la faja. Nunca antes me había sentido de esa forma y debo decir que por primera vez me sentí tan mujer como la peor de las caricaturas femeninas. Todo me hacía llorar. Tenía la emoción a flor de piel y si hubiera podido explicarlo, seguramente nadie me habría creído que era realmente efecto de las malditas hormonas que me explotaban por dentro.

No comments: