Monday, April 09, 2007

UN ALTO Y RESPIRA

La felicidad es pasajera. Cierto eso, pues siempre hay preocupaciones que nos ponen mal.
Mi padre cae de vez en cuando en el hospital, grave, y yo no sé si saldrá vivo de ahí cada vez. Y se debilita con el tiempo. No consigo dormir en paz desde hace mucho, estoy siempre alerta.
Y el transantiago que aun me tiene viajando como sardina enlatada, no ayuda de mucho a hacerme feliz. Me conecto en mis orejas unas pepas sónicas y trato de olvidarme del viejo fétido a mi lado que levanta su brazo para alcazar el pasamanos después de una larga jornada laboral.
Me han ascendido en el trabajo. No es un ascenso muy grande y no sabemos por cuánto tiempo será, pero aun así es algo. Pero con todo lo bueno, me quita tiempo y energías para hacer mis cosas y para ver a mi novio, que es lo que más quiero en el mundo. Trabajo de lunes a viernes en horario extendido de oficina, idealmente con ropa formal. Bleh!
Y se viene el invierno que en Santiago de Chile implica gripe por varios meses para mi, atochamientos en las calles, frios intensos, días cortos. Todo mal.
Necesito un fin de semana en la casita del árbol, con mis cereales de nube, con mi música y mi chico. Podría preparar una once para que mis amiguitos me vayan a visitar, con sus historias de siempre, con sus nuevos proyectos de vida, con los discos que ya tengo, pero que me gusta volver a escuchar, con aires de Septiembre en pleno Abril, con paz y felicidad. Pero esta vez que dure para siempre... se puede?

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