Por defecto, he estado cercana al mundo del cómic y de las novelas gráficas modernas. Por defecto algo conozco de eso, pues personas cercanas a mi me han involucrado con los superhéroes y los mundos superfantásticos de personajes ficticios asombrosos.
Alguna vez vi unas revistas con el nombre Watchmen en la portada y eso es prácticamente todo lo que sabía al respecto.
Frente a la pantalla de cine debo decir que me encanté con la trama poco usual sobre superhéroes que se cuenta en Los Vigilantes (como se tradujo al español), me enamoré de la impresionante visualidad de sus imágenes, (aun sabiendo que hay muchos elementos digitales) me entusiasmé con la historia de los Estados Unidos que identifiqué y me estremecí con la música que acompañaba los hechos.
Hay que verla. Eso sí, el espectador o debe tener una cercanía con la novela o debe tener gustos un poco cinéfilos para poder apreciar la magnitud de la producción. Las casi 3 horas se pasan volando. Y al final, comprendes que aunque hayas salido de la pista, lo que es tuyo siempre te llama de vuelta.
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