En mi majestuoso trono puedo mirar todo desde arriba. Debo ser educada y cautelosa con mi actuar. Estoy a la vista de todos, pero al resto nadie los ve, escondidos en las tinieblas de abajo. Yo en cambio soy observada, si digo, si hago, si no hago o si hago mal. La gente me pega latigazos desde abajo, nadie está conforme con las autoridades. Yo me lamo las heridas y sigo con la frente en alto mirando todo. No puedo devolver los golpes o seré destituida desde mi trono. Pienso y decido. Prefiero estar en las tinieblas criticando todo, odiando todo, pidiendo mucho y dar poco. Al fin y al cabo, es menor el esfuerzo que tener cuero de chancho.
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