Lo vi venir. Sabía que era él desde lejos, aun en la oscuridad; por debajo de unos arbustos divisé sus pies corriendo. Le dije a la niña: "Es él!", y cuando lo vi aparecer poco a poco frente a mis ojos me sentí como hace casi ya 3 años, cuando lo visité por segunda vez, cuando ya lo quería irremediablemente. La misma camisa, su cara limpia, su sonrisa amplia. Venía atrasado como aquel día, corriendo para encontrarme. Mi cara de boba volvió en un segundo y en mi corazón supe que podía volver a enamorarme de ese chico que está a mi lado todas las veces que lo vea sonreir.
Me pregunto si él se podría volver a enamorar de mi...
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