Y hasta el más ogro de los ogros y la más estresadas de las chicas de 27 en Santiago de Chile se entusiasma con la llegada de la Navidad, con la reunión familiar y la ceremonia de reparto de regalitos; ver a los niños sorprenderse, ver a los grandes sorprenderse, verse sorprendida cuando no pensabas recibir tanto. Me gustó sentirme querida, me gustó ver a mi hermana y mis sobrinos en casa de nuevo, me gustó esperar las 12 como una pendeja de 5.
Mi primer regalo me lo dió la Beni el 23: un anillo. Los segundos fueron el 24 en el trabajo: unos mazapanes y una tarjeta de la Jeannette y unos aritos de madera del Dieguez. Los otros regalos fueron de parte de mi familia después de las 12 y los últimos fueron en la casa de mi novio el 25. Atrasado abrí el regalo de Fre: una canción de Little Joy por mail.
Me encantó todo. Mi regalón: el Pikachu. Me gustaron los saludos de mis amigos que no veo tan seguido y otros que estan más cerca, me gustó los saludos de mis compañeros de labor quienes se han convertido en personas cercanas.
Le llevamos una humilde pero contundente cena a Don Raúl. Nos fuimos con la garganta apretada, pero con el corazón contento de aportar con algo lindo en la vida de un desamparado. Ví la alegría en sus ojos. Sentí que reclamo de más y lloriqueo por todo. Nada se compara con cosas que pasan en el mundo, a personas como él. Afuera el stress y arriba la buena vibra.El próximo año tiene que ser mejor.Tengo que puro ponerle empeño.
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