GEMELO II - 4 MESES

Juan José a sus 4 meses recién cumplidos es un niño bastante maduro. No digo que no llora por mañas como todos los bebés, sin embargo es de los dos con quien uno tiene la chance de negociar y lograr que se quede tranquilo con una dulce voz, un abrazo y un beso. Desde que nació ha tenido ganas de sentarse solo y parece ser más independiente que su hermano, por lo que confío en dejarlo con su tete, su tuto, acomodarlo en la cama y esperar a que se duerma solito rápidamente.  Le gusta que le conversen y que le presten mucha atención, sin embargo él es bastante más tímido y observador que su hermano. Su sonrisa es tierna y amistosa y su llanto más un reclamo de palabras de bebés que nada. Le encanta salir de paseo, estar desnudo y tomar su baño de tina.
 Al nacer, traía unos pequeños dientes falsos y a los cuatro meses ya quiere tomarse la papa solo. No ríe con cualquiera, pero es igual de sociable que su hermano y no se fija si no son sus padres quienes lo tienen en brazos. Le gusta jugar con sus juguetes y devorarlos con muchas ganas. Creo que a los 15 será un estudiante ordenado y metódico que me acompañará y ayudará a encaminar a su revoltoso gemelo.

GEMELO I - 4 MESES

Darío cumplió ayer cuatro meses y hasta ahora debo decir que de los dos, es el más sociable y revoltoso. Le gusta conversar con su ga-da-gue con cualquier persona que le regale una sonrisa y una palabrita tierna y él devuelve con una sonrisa matadora que seguramente en la adolescencia conquistará a más de una maldita mujer que me lo quiera robar.
 Le gusta ser protagonista en todo, observar y ser observado y a pesar de verse como alguien desapegado, es el más mamón de los dos y no puede casi dormir si no es tomado de mi mano acariciándole sus deditos. Le gusta ver tele, sobre todo Jorge el Curioso que seguramente le llama la atención por los sonidos y distintas formas. Le fascina estar sin ropa y se sonríe placenteramente cada vez que le saco su polerita para entrar a la tina. Le gusta pasear en coche, pero cuando vamos acompañados escucha mi voz y pronto se pone a llorar porque quiere que lo tome en mis brazos. No es muy bueno para dormir y debo decir que detesto tiernamente cuando me mira y sonríe justo cuando creo que ya está a punto de entrar a los brazos de morfeo.

PREDICCIONES

Recuerdas Nérida que alguna vez hicimos una lista de predicciones? Fue en colegio, en cuarto medio (K), junto con la Priscila y la Daniela Mateluna. Fuimos todas partícipes de las predicciones de manera bien democrática y las percepciones sobre el futuro de nuestras vidas fueron bastante similares.
 En la predicción sobre quien se casaría primero, todas coincidimos en que iba primero la Priscila (que en esa época estaba de novia) luego la Daniela, luego yo y finalmente tu. El resto de las 3 estabamos sin compromiso en ese momento, pero el orden era la impresión que teníamos de cada una. La segunda predicción decía quien tendría hijos primero y para seguir con la lógica, si la Priscila se casaba primero, tendría hijos primero, luego la Daniela, luego tu (que tenías una pasión extraña y casi incomprensible por los niños "perdidos" que encontrabas en la calle) y finalmente yo, de quien nadie pensaba que tendría hijos jamás por mi forma de ser, por mi estilo de vida, por mis pensamientos... qué se yo, pero debía ir en la lista de predicciones de todas formas.
 Y mira lo que quizo la vida. De las dos primeras no se nada, salvo que la Priscila se casó el 2006 con otro hombre que no era su novio de ese entonces. Tu tienes un hijo, según sé, que lo más probable es que se llame Lucas si es hombre y yo tengo dos, como una extraña y maravillosa broma del destino. Nadie lo iba a pensar de mi, incluso cuando les comuniqué a mis cercanos la noticia de que sería madre, pero está claro que las predicciones que hicimos en ese año fueron un simple juego de niñas.

LA SEMANA DESPUÉS

Toda la estupidez hormonal que no apareció durante el embarazo me vino de golpe después del parto. Esa semana fue caótica, llena de aprendizaje y acostumbramientos a nuevas rutinas. Estuve acompañada por mi hombre, ya que le correspondía su post- natal. Fue raro y a la vez reconfortante encontrarnos solos con los niños después de un fin de semana atiborrado de visitas, regalos y bullicio. Y cuando por primera vez lo vi en su rol de padre me volví a enamorar profundamente de él, más aún que en el comienzo de nuestra historia. Pero estupidamente no podía decirselo porque mis llorones ojos se llenaban de un mar de lágrimas y mis palabras simplemente no podían salir de mi boca. Todo me daba pena y emoción a la vez. Era un sentimiento tan poderoso que no podía explicarlo, no podía contarselo a nadie y se me atoraba en la garganta. Estaba feliz por tener a mis maravillosos hijos, estaba feliz por tener a mi hombre, sentía mucha nostalgia de mi vida de adolescente rebelde, nostalgia por mi ciudad y por mi gente, pena de no tener a mis otros queridos cerca, pena de verme al espejo y tener un cuerpo de vieja de 100 años con desnutrición severa, pena de verme tan vulnerable frente a mi hombre mientras me sostenía de la cintura para pararme después de ponerme la faja. Nunca antes me había sentido de esa forma y debo decir que por primera vez me sentí tan mujer como la peor de las caricaturas femeninas. Todo me hacía llorar. Tenía la emoción a flor de piel y si hubiera podido explicarlo, seguramente nadie me habría creído que era realmente efecto de las malditas hormonas que me explotaban por dentro.

FUGA-Z

Ahora más que nunca me cuesta la vida arrancarme un segundo para decir lo que quiera decir en mi ciberespacio. Y justo cuando encuentro la inspiración necesaria para relatar mis memorias, siento desde la habitación las dulces vocecitas de mis duendecillos que llorando me llaman a su lado para no sentirse solitos. Tierno, pero agotador.