Cada día es importante. Hay algunos que nos dejan algo en especial, pero el ser humano aprende cosas todos los días, a cada momento, sin darse cuenta.
Hay personas que marcan tu vida, para bien o para mal, que te dan ganas de imitar, que admiras por sobre otras, que son ejemplo de bondad o de maldad. Hay tantas personas allá afuera que tienen algo para entregar a los demás. Yo he conocido a muchos de ellos. Algunos se disolvieron en mi memoria con el paso del tiempo, a otros los veo de vez en cuando y otros se convirtieron en mi amigos, preciados amigos mios. Conocí ciertos hombres que me cautivaron y fueron mis compañeros en el amor, unos más trascendentales que otros, pero todos importantes.
Un día como hoy, nació un chico que jamás imaginé conocer, en las circunstancias y en el lugar en donde lo conocí. Ese chico de un lugar y un mundo lejano al mio, nació un día como hoy y un día como el de mañana, nos conocimos por esas cosas del destino. No lo quise de inmediato, no miré dentro de sus ojos aquella noche, pero luego, cuando nos reencontramos, supe que este hombre me iba a marcar para siempre, con una huella infinitamente positiva, y vi en sus ojos a una persona maravillosa, dispuesta a dar amor por montones, dispuesta a ser querida también.
Un día como hoy nació el hombre de mis sueños, asi como siempre lo soñé, como nunca pensé encontrar, asi tan accidentalemente, un día como el de mañana.
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