Y DESPUÉS PREGUNTAN POR QUÉ LOS TILDAN DE DELICUENTES

No soy de la U, ni del Colo, ni de la Católica. No me gusta el futbol en general, pero un buen partido de la selección o del campeonato mundial lo veo encantada.
Por sobre todo no me gustan los delincuentes abanderados bajo un equipo de fútbol para pasar piola, vestidos de un color y justificando una acititud simplemente asquerosa. Si entre ellos mismos se matan y nos amenazan a los que no tenemos nada que ver en su guerra estúpida de liderazgos, de descubrir quienes son mejores, quienes son más agresivos, quienes son más machos, quienes robaron más celulares en el estadio.
Ayer corrí muchos riesgos, solo por pretender volver a casa tranquilamente sentada en el vagón del tren. Personas inocentes y alejadas de las barras bravas también estuvieron en peligro de salir heridas.
No son todos iguales, pero la fama la hacen la mayoría y la mayoría de las barras bravas son pura peste. Incentivan la estupidez colectiva, los chicos renuncian al colegio por seguir a su equipo favorito donde sea que vaya y de paso van por las ciudades haciendo destrozos por donde sea que pasen, dejando su firma imborrable en el paisaje.
Y después preguntan por qué los tildan de delicuentes. Cuiden la fama. Déjense de imbecilidades. Me dan asco.