Ese fue mi primer trabajo en cine, como ejercicio para aprender a usar la cámara. Yo, de directora de arte. El guión del inconfundible lucho Zelada. Y la idea era solo eso.
Asi mismo es como yo escribo historias burdas, a veces un poco interesantes para los que se identifican o para los que fueron parte de ellas. Algunas son ciertas, algunas son producto de mi incontrolable mitomanía. Sólo es importante aclarar que el talento para escribir no es lo mio, mi pulcridad tampoco ni menos intentar que mis escritos trasciendan en la historia de la humanidad. Que los recuerde yo, me basta.
Fin
¿Ya lo había dicho antes, cierto?
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