MAL

Mal día. A veces tengo mil veces la razón cuando digo que no sé a donde pertenezco. Como las olas, las cosas en mi vida me han llevado de un lado para otro y ya no sé si es bueno ser buena o es bueno ser mala. De pronto es mejor ser mediocre y quedarse en paz por un minuto, quedarse con el hombre que te ame más, simplemente porque él te ama y tu estas a salvo, quedarse en casa de tus padres esperando a que mueran para heredar todo, quedarse con el promedio necesario para pasar de curso y no estresarse más de la cuenta. A veces es mejor ser superficial y no sufrir tanto por las cosas que pasan. Yo quisiera hoy haber sido la chica que faltaba más al trabajo, la que sacaba la vuelta para no tener que ser enviada de nuevo a otro departamento. Es probable que buenas cosas me traiga este cambio, pero en el largo plazo y ya estoy cansada de aprender tanta cosa inutilizable en otros ámbitos, estoy cansada de conocer gente nueva, de hacer caso a nuevas reglas. Se queda mi computador con mis fondos de pantalla y mis fotos, se quedan mis compañeros de trabajo con la risa fácil y la broma cómplice, se quedan mis tardes de trabajar sola en una sala silenciosa, se quedan mis ganas de hablar con Andrey para después, porque no tengo plata en el celular, se queda mi escape diario y necesario para después, porque hoy se acaba el tiempo y las viruses tienen la prioridad hoy. No tengo nada más que hacer que contarle a este papel virtual las cosas que me ponen mal hoy. Al final del día es lo único que tengo. Todo mal.