Hoy ella era la estrella. Se miró en el espejo del baño mientras se cambiaba la ropa. Lucía distinta ahora. Dejó su imagen deslavada de siempre y se puso a tono con la ocasión.- La mujer frente al espejo reflecciona sobre sí misma, hace un resumen de su vida reciente y se prepara para lo que viene.-
Afuera su hombre y su amante la esperaban. El hombre no sabía que ella lo engañaba. El amante prefería pensar que él era su verdadero amor y ambos así, vivían engañados. Pero la verdad era otra. Al hombre ya no lo quería como antes. Al amante solo lo tenía a su lado por un secreto despecho.
La vieron salir radiante y distinta. Ambos sonrieron. El hombre la tomó en sus brazos y la besó en presencia del otro. El otro la admiró disimuladamente a la distancia.
Salieron de casa. Cada uno a su lado caminaron por las calles soleadas al atardecer hasta llegar al teatro. La multitud estaba agolpada por todo alrededor. Algunas caras conocidas se acercaron a saludarlos.
Estuvieron por ahi sociabilizando un poco. El amante se alejó para encontrarse con los suyos y la mujer se quedó acompañada de su hombre, luciendo esplendorosa y contenta. Era un momento especial, de esos memorables que no se olvidan facilmente. En poco minutos más iban a presenciar la obra que realizó la mujer y su equipo, el amante como brazo derecho.
Entraron a la sala, subieron por las escaleras y se acomodaron frente al espectaculo. El amante se les unió al sentarse. Y cuando las luces estaban a punto de apagarse, él apareció de entre la multitud y la distinguió entre la gente. Ella lo miró fijo, su pecho se infló, sus ojos brillaron de emoción y su corazón latió fuerte. Él no pudo dejar el asombro de verla tan diferente, tan linda. Sólo ellos supieron lo que sentían, algo que nadie nunca supo. Y las cortinas se levantaron, mientras las luces se pagaban y la ilusión de tenerlo quedaba suspendida para siempre, imposible de ser real.
FRAGMENTO
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