RÁPIDO COMO EL VIENTO...

Me asombra y me angustia un poco cómo el tiempo corre rápido cuando la felicidad nos invade. Así como el viento, la semana de vacaciones junto a mi chico se me fue entre los dedos y ahora forma parte de uno de los recuerdos más lindos que guardo en mi memoria, imborrable como una dulce melodía. Así de rápido seguramente pasarán los días hasta las próximas vacaciones. Y el aire marino y los amanecer a su lado me llenan el corazón de energías para seguir hasta que eso pase. Estoy de vuelta.