PARAFERNALIA

Fui con mi hermano al centro de Santiago, a la peluquería, para que él se cortara el pelo. No habiamos tenido otro tiempo para ir, sólo este día. Tomamos la micro y nos sentamos acalorados a esperar que el viaje llegara rápidamente a su fin. Pero no: desvío en la avenida Recoleta. La pequeña gigante de Francia tenía la cagada. Así, el viaje se demoró el doble de lo que acostumbra en un día normal. El atochamiento fue espantoso, así que decidimos bajarnos antes y seguir el trayecto caminando. Cortamos camino por las calles y llegamos hasta el corazón del centro. Pero, horror!! Una masa de gente tenía todas las calles ocupadas, todos exaltados, todos sudados, esperando poder ver a esa famosa muñeca gigante que estaba buscando al rinoceronte. Nunca me gustó el teatro, ni el callejero ni del otro. Esto era un mezcla entre eso y una performance. Había micros volcadas en distintas partes del centro de la capital, junto con marcas de pisadas en el suelo, todos esto producto de un rinoceronte gigante que se había escapado. La imaginación de algun artista francés me tenía con los nervios de punta, tratando de cruzar la calle en medio de tal multitud de personas. Tenía a la ciudad de Santiago nuevamente colapsada, con grandes atochamientos de autos, como si no nos bastara con verla así el resto del año.
Yo estaba molesta. Aún siendo temprano, las tiendas estaban cerrando producto del desorden que había armado el público espectante. Quise que la maldita pequeña gigante esa atrapara luego a su famoso rinoceronte y se fuera de vuelta a su país. Pero de pronto vi el asombro y la emoción en todos los niños que presenciaban el espectáculo y supe el sentido de toda esta parafernalia. Como dijo un pedófilo por ahí, todo sea por los niños. Y cómo dijo un rock star muerto, "ellos son el futuro". Qué más da... que disfruten el espectáculo.