Tuesday, February 14, 2006

AT WAR WITH THE MYSTICS

A baños de sol y arcoiris sabe este nuevo disco de mis preciados Flaming Lips, a sonido de antes, un tanto psicodélicos, un tanto feliz, un tanto melancólico. Yeah, yeah, yeah song me recuerda a los Monkeys, a los bananas split, a la pareja de rubios gringos corriendo semi desnudos por el pasto al atardecer. Aunque At war with the mystics huele más a mañana. Si bien Yoshimi battles the pink robotos tenia una dulzura muy similar, me sabía mas melancolico, más oscuro, mas atardecer. Este nuevo album es simplemente mañana, mañana soleada de domingo gringo, o de dia de semana, o de verano, o de dia de escuela y desayuno familiar. Fresco y puro, no tienen la virtuosidad de Pink Floyd, pero a veces suenan como ellos, con más sentimeinto, por supuesto. Incluso suenan a los Beatles, con sus acordes básicos, pegajosos y efectivos y con sus voces a duo. Pero lo que más me llama la atención de estos Flaming Lips, más allá de su evidente inspiración en el rock-pop psicodélico, es la influencia fuertísima de Beck en este nuevo disco. Bien sabido es que ellos han hecho varias giras juntos y que tocan temas de ambas bandas en el escenario y se complementan perfectamente. En estas primeras olheadas que le he dado al disco e reconocido un afán más experimental, unos sonidos más peculiares, unas guitarras con efectos de sobresaturación, una voz de Wayne Coyne bastante menos despreocupada y más afinada, al menos en los tonos graves. Atrás quedaron los dias punkoides de estos chicos estadounidenses en la década de los ochentas. Atrás quedaron varias cosas, como todo, pero siempre es bienvenido un buen disco que nos quiera sumergir en otro mundo y a traves de las emociones conectarnos con todo, lejos de todo, viajando en bicicleta una mañana de sol.

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