Y ya estamos en el 2009. Cuando digo que el próximo será el año dosmildiez suena a número de cienciaficción, como si fueramos a viajar en el futuro y a comenzar una vida en el espacio con casas flotando y autos voladores. Pero nah!... estamos cerquita y nada ha cambiado mucho.
Esta semana se me hace eterna. Después de tanto día feriado y lejos del trabajo como que me uno se acotumbra a otros horarios, a comer comida decente en una mesa decente, comida casera recién hecha y no recalentada en el microondas. Uno se acostumbra a andar más relajado, a estirarse y bostezar en cualquier lado. Me había olvidado hasta de mi PC, del teclado QWERTY y del numérico. Me había olvidado de vestir relativamente decente y de mantener la compostura el día entero sentada en mi escritorio dispuesta a solucionar las dudas de mis compañeros. Fueron como unas pequeñas vacaciones a saltos entre día y día, con celebración y regalitos incluidos, con viajes en trenes llenos de gente contenta y bronceada por el sol.
La plata del fin de mes se me fue volando, y ahora en la miseria me siento triste de volver a la rutina de siempre. Pero las ganas de empezar con vibras positivas me alentan a seguir. Sólo me queda la firme esperanza de que este año se viene mejor que el anterior y que terminaré cumpliendo los sueños que me tenía prometida. Eso creo, humildemente y como dijo mi jefa, me lo merezco.
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