CHICOS

Recuerdo cuando éramos más chicos, cuando jugabamos con una guitarra eléctrica, un micrófono y parlantes altamente sonoros de los que salía una canción a la cual doblar. Otro se reía de nosotros, decía que parecíamos pseudo rockeros en decadencia de los años 80s. Yo estaba feliz. Éramos más chicos, sin nociones del tiempo, sin verguenza de jugar, sin atados, sin responsabilidades, compartiendo en nuestra querida casita club, olvidando completamente el día de mañana, la sed y el hambre y el sueño. Y cuando nos daba hambre, comiamos gusanitos sin salsa, a medio cocer, que eran devorados rápidamente y sin chistar. Siempre eran deliciosos.
Recuerdo que nos queríamos harto, como una pequeña familia freak de monos animados. En mi baul virtual aun guardo algunas fotos de nosotros, tirados en el piso escuchando música, soñando con que nunca íbamos a crecer.