SAUDADE

Me da nostalgia la noche, me da nostalgia el amanecer, el mediodía en verano y el atardecer en primavera. Soy una mujer tonta, más sentimentaloide y sensible de lo que digo ser. Temo el cambio de las cosas, de la gente, perder todo lo que conozco.
Pero así mismo, reconozco que no soy muy buena para extrañar a la gente, si no más bien siento saudade de los momentos.
Nunca fue palabrerío cuando les dije a mis compañeras de colegio que nunca iba a extrañarlas. Nunca las extrañé y nunca lo haré, pero el patio de mi colegio, el gimnasio, las salas y los pasillos se me repiten con un sabor amargo en los sueños, como si necesitara regresar en el tiempo y vivir el momento nuevamente.
Me di cuenta que sólo extraño lo que quiero, como dice la canción, pero es realmente lo que quiero. Me gusta avanzar en la vida, recorrer lugares que no conozco, ir bien lejos pero volver siempre a mi lugar. Dentro de lo "estructurado" de mi vida actual, dentro de mis fechas y mis cálculos de fin de mes, trato de hacerle lugar a mis tesoros, cosas que nunca quiero perder de vista, momentos que quisiera guardar para siempre y así tener para el futuro una base sólida de historias que me hacen ser lo que soy, lo que seré, un círculo de amistades verdaderas, un abundante álbum de fotos en mi retina, un suspiro de saciedad y no de carencia, un abrazo de "hasta pronto" y no "adiós".
Mis sueños llenos de saudade, tanto despierta como dormida me dejan un sabor de tristeza, pero me llenan de ganas de que esto no acabe nunca. Y esto es lo que realmente quiero.