ANA

Ana es mi madre. Ella cumple años hoy. Son muchos, pero parecen menos. Y su vida ha estado tan llena de tristezas y tan llenas de alegrias también. Ha crecido tarde, tarde cuando sus hijos crecían junto con ella. Y se convirtió en toda una mujer, admirable y valiente, cariñosa y divertida. Yo la quiero mucho, pero casi nunca lo digo sino es adornado de estupideces e ironias. Pero ella lo sabe. Y a veces la abrazo fuerte y no quisiera que nunca muera, como todos los hijos quieren, creo yo. A veces se ve tan frágil, a veces se ve tan segura. Pero llora cuando llego tarde sin avisar y se preocupa que tome leche para mantener mi cuota de calcio en los huesos. Incluso saluda a mi hermana, vieja ya, para el dia del niño. Porque aun somos niños para ella, yo y mis tres hermanos. Y hoy cumple años, pero el dia no fue muy especial para ella. Como dia de semana, todos debimos trabajar. Yo salí antes y corrí a saludarla. Ella estaba media triste, media melancólica por el paso de los años. Pero agradece dulcemente cada pequeño obsequio que le demos.
Y se me viene a la mente tantas cosas que he pasado con ella, muchas más que con el resto de la familia. Hemos crecido juntas, hemos aprendido a golpes y porrazos, con risas y fábulas, con experiencias distintas. Ella parece dura a veces, pero quiere con toda el alma a cada nuevo integrante de la familia y los recibe esperando que se queden con nosotros para siempre.
Mi madre cumple años hoy y la vida se le acorta. Pero ella siempre luce linda y fresca, como si los dias no pasaran por su rostro. Yo la quiero mucho, aunque no siempre lo digo. Yo la quiero mucho y hoy queda escrito.