WATASHI
- Dari
- Santiago, Latinoamerica, Chile
- Gallo según el horóscopo chino, perteneciente al género viboresco por esencia. Líder por circunstancia, floja de espíritu, trabajadora por obligación moral, preferiría más tiempo libre para mi cerebro y disfrutar la vida con mi familia. La música siempre me salva.
Monday, April 10, 2006
CHININ DE VOLTA!
Estas, estoy. Tomamos la nave y partimos. Él dice que estoy loca, como tantos, pero él esta más loco por ser mi amigo. Me hacía falta muchas cosas, asi es que sólo tomé lo que quería, sin questionarme tanto. La noche estaba linda, el aire ya estaba frío. El invierno se viene rápidamente para enfrentarnos. No me gusta, me pone triste, me trae de vuelta al pasado y es lo contrario a lo que quiero. Siempre trato de avanzar lo mas rapido posible y dejar los dias atras. La noche estaba fría, teniamos gasolina en nuestras manos y las ideas en otro lugar. Sólo corrimos por las calles hasta parar en lo alto de Ñuñoa, un barrio que adoro, que me trae paz y alegrías. Arriba mirando todo, los autos pasar, las estupideces venir, el viento volar por entre los cabellos. Nos detuvimos un instante y luego seguimos. Me sentí como al principio, cuando no tenía nada en las manos, cuando mis amigos estaban todos lejos y solo tenía a este muchachito espiritiflautico a mi lado para entender todos los idiomas que balbucea mi boca. Partimos sin rumbo, llegamos a un destino. Yo tenía miedo de todo, como siempre, como siempre que dejo mi postura de superheroina de plastico a un lado. Bajamos de la nave nuevamente y nos sentamos bajo un acogedor árbol, en una linda avenida donde podíamos ver a aquella que llaman virgen María iluminada en lo alto. Hablamos, reimos, pensamos, recordamos, abrimos cajas, recogimos pétalos, pasaron las horas y las ideas, acabamos las municiones. Volvimos a casa para reencontrarnos al dia siguiente en la pista de baile, con seres cercanos y extraños para mi, con Shinji y las muchachas, con Gorillaz, Bjork y Chemical Brothers, con multitud y sed. Bailamos tanto que casi no podiamos caminar. De vuelta en casa dejo las zapatillas de Chinin a la entrada de mi casa y vuelvo a buscar lo que estoy esperando hasta que llegue el momento de sentarme a escuchar lo que tienes para mi.
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